jueves, febrero 03, 2005

Declaración de amor

Volvía a casa después de un largo día. Había tenido dos exámenes y estaba muy cansada. Sólo pensaba en dejarse caer en la cama un rato para tomar fuerzas y poder arrasar esa misma noche todos los garitos de la ciudad. En el buzón, una carta:

"¿Cómo lo haces para alegrarme los días de esta manera? ¿Para dejar que te alegre?¿Para devolverme las ganas de reir cuando las cosas se nublan o hacerte reir cuando algo se tuerce?... La verdad es que nunca me habría imaginado que las cosas sucedieran así, y cómo me alegro de haberme equivocado... Cuando estamos juntas el tiempo pasa muy rápido, las sonrisas son interminables, aunque estemos agobiadísimas o muertas de miedo. Aunque estemos algo melancólicas o tristonas siempre tenemos algún as en la manga para regalarnos, para recordarnos todo lo bueno que estamos viviendo...

Tienes un encanto que no tiene nadie, una forma peculiar de ver la vida y de vivirla. Muchos no te entenderán o no compartirán tus opiniones, pero a ti no te importa más de lo necesario. Eres lo que haces. Dices lo que piensas. Vives lo que sientes y sueñas lo que vives...

Sabes que no siempre estamos de acuerdo, que no compartimos algunas ideas respecto a temas concretos (la sexualidad, el amor y la psicología suelen ser los más polémicos)... pero siempre nos escuchamos y respetamos, nos debatimos e inventamos las teorías más eclécticas y simpáticas. Solemos encontrar el término medio, el punto de encuentro, el nexo de unión. No nos quedamos en lo superficial de las cosas, sino que damos unos pasos más, hasta donde lleguemos... Hablamos el mismo idioma.

Me gusta cuando me riñes, cuando me llamas xiquitina, baby o pituky. Cuando me regalas abrazos mientras dormimos, aunque no siempre me entere... Cuando me dices lo equivocada que estoy y me planteas tus hipótesis, tus teorías del amor, del alcohol o de las relaciones familiares. Me gusta que me mimes y que siempre tengas un hueco para mi en tu cama y en tu agenda. Me gusta que me leas y me dejes leerte. Me gusta que sonrías y que bailes cerca de mi, ver esa facilidad con la que te desenvuelves entre la gente. Me gusta verte feliz, radiante y graciosa, sencilla y natural como eres. Me gusta la cara que pones cuando te regalo por sorpresa el libro aquel de Benedetti que un día deseaste en voz alta.

Me gusta que hayas aparecido en mi vida para desmontar algunos de mis esquemas, para enseñarme nuevos puntos de vista y aprender junto a mi. Para recordarnos la una a la otra que no todo el mundo habla nuestro mismo idioma ni tiene porqué aprenderlo.

Me gusta que sepas que estoy aquí, que puedes contar conmigo. Que aun a pesar de nuestras diferencias o defectos, estemos aprendiendo a querernos y aceptarnos, a compartir este tramo del viaje y puede que todo. Espero que todo (puestas a pedir...).

Y como ya sabes, este es mi idioma, esta es mi manera de decirte que me importas, que te quiero y que de una forma u otra, siempre estaré a tu lado. En lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad... bla, bla, bla. Sí quiero.

Un millón de besos y achuchones. "