sábado, febrero 05, 2005

"El Corrillo"

Esta ciudad tiene cafeterías en las que me encanta perderme durante horas. Últimamente frecuento "El Corrillo", en la calle Meléndez. Por la mañana, unos capuccinos de los que ya no se encuentran, con la crema de leche más dulce que he probado nunca. A medio día, las cañas y las tostas de jamón. Por la tarde, un buen zumo y gran variedad de tartas para deleitarte. Y por la noche... por la noche velitas en las mesas y una buena copa de vino tinto. Todo amenizado con el mejor jazz y chill out de la ciudad.

Me siento en un rincón y saco mi libreta. El menú, el citado según la hora del día. Pasan las horas sin darme apenas cuenta, mientras voy tiñendo las hojas de ideas y sueños. No es extraño que alguna vez alguien se quede mirándome con cara de "que solita estás". Ellos no lo saben, pero nunca estoy sola. Por suerte nadie puede meterse en mi mente y descubrir lo bien acompañada que estoy. Muchos se sorprenderían.

Hoy hemos roto la tradición y hemos empezado el día con cañas y tapas, mientras nos poníamos al día de todo. Había mucho que contar. Hemos vuelto a filosofar sobre la vida y las relaciones, sobre el amor (son nuestros temas favoritos) y el sexo. Opiniones para todos los gustos.

De vuelta a casa he hecho memoria y me he dado cuenta de que los sitios que más me gustan de esta ciudad los he compartido contigo. Algunos, sólo contigo. Me gusta encontrarte en cada uno de ellos, sentado en nuestra mesa leyendo el periódico frente a un capuccino y un trozo de tarta. Que me mires, me guiñes un ojo y me invites a acompañarte de forma picarona. Me gusta encontrarte en todos los rincones que son nuestros. Y de hecho, lo hago casi todos los días.