martes, marzo 08, 2005

Volemos

Una nueva aventura. En pocos días volaremos a una ciudad que llevo años queriendo conocer. Va a ser una visita relámpago pero valdrá la pena. Perderse por esas calles y descubrir mil lugares nuevos a los que volver algún día. Quién sabe, puede que contigo. Seguro que va a ser especial e inolvidable.

Pasaremos sólo tres noches allí pero intentaremos aprovechar al máximo cada segundo. Seguro que lo hacemos. Y luego de vuelta a casa. Otro avión que nos llevará directamente a Valencia, donde reencontrarnos con nuestras calles y parques, con nuestra gente y con el mar. Unas fallas también muy prometedoras.

Un mes sin duda de aventuras, de reencuentros y noches interminables, de historias para no dormir y de ver arder dos de las ciudades que más me gustan: Londres y Valencia.

Que se preparen los aeropuertos, que se vista de largo el cielo que allá vamos, a sobrevolar los desencuentros y los malos ratos, a dejar olvidadas las palabras que más duelen y los malos rollos. Sin equipajes pesados ni expectativas imposibles. Sin despedidas ni naufragios.

Volemos y olvidemos. Vivamos el tiempo que tenemos con la mejor de las sonrisas y los mejores propósitos. Nos veremos a la vuelta y compartiremos lo vivido, pero ahora, volemos.

miércoles, marzo 02, 2005

Arrebatos

En un arrebato de pasión le prometió la luna. En un arrebato de ternura le regaló un "siempre te amaré". En un arrebato de dolor le arrebató su tesoro y le dijo adiós.

martes, marzo 01, 2005

Noche de insomnio y pesadillas

Esto es algo así como una historia sin final. Un cuento sin argumento fruto de un sinfín de ramificaciones e historietas inventadas y enrevesadas. Es un cúmulo de materia emocional, intangible y voluble, cambiante y efímera. Palabras y versos inconexos que dan forma a una fábula sin moraleja. Un cuento abierto a contradicciones y paradojas. Dejado caer por inercia sobre el folio en blanco, tiñéndolo de sentimientos que no saben hablar y sensaciones inexpresables que danzan sobre él haciéndolo existir. Es un tango que habla de la vida y se baila con palabras ordenadas en forma de oraciones. Es una leyenda urbana que cuenta la trágica historia de dos amantes que se mataron de amor después de muertos, de una niña huérfana que quedó atrapada en Nunca Jamás, raptada por Peter Pan. De un anciano que murió haciéndole el amor a su señora en su centenario cumpleaños o un joven que perdió la vida estampando sus sueños contra un autobús. Es una canción que habla de nosotros, de la última vez que me besaste y te dejaste llevar cual niño con un juguete nuevo. Un poema de amor convertido en testamento y epitafio. Se trata de una pesadilla que nunca te atreviste a contar, del miedo a amar, de las ganas de ti, de las despedidas que nunca esperamos y las verdades que nos callamos. Esto no es otra cosa que una amalgama de sabores de helado diferentes, una mezcolanza de olores que no huelen a nada pero inundan el espacio en el que camino dibujando círculos en el suelo, esperando a que venga el sueño a llevarme con él.

No es un cuento infantil ni una canción de patio de colegio, pero puede serlo si la entonas adecuadamente y combinas mis palabras para que suenen de otra manera. Puedes empezar por crear acordes que acompañen mi silencio, incluso sacar un chiste de todo esto y colgarlo en tu web preferida. Cambia el orden de mis versos y conviértelos en dulce amor y promesas eternas. Haz con mis palabras lo que quieras que siempre serán mías y nuestras, de la filóloga enamorada, del engreído camarero o del príncipe disfrazado de arlequín.

Descuartiza mi obra, mis cartas y mis entrañas, deshaz mis te quieros diluyéndolos en vino o en miedo, cambiarán de color. Descompón mis sueños y haz con ellos barquitos de papel que naufragarán mañana mientras sueñe contigo. Envuelve en papel de plata mi corazón y congélalo hasta que te entre hambre de mi y lo devoremos juntos.

Bésame rápido que se acaba el tiempo y llega ella, y llega él, y nos roban la placidez y el encanto. Podemos meter en una lata la dulzura que me regalaste y ponerla al baño maría por si vuelve a apetecer algún día. Podemos inventarnos un lenguaje exclusivo para amarnos y devolvernos el aire cuando nos asfixiemos en nuestros lamentos. Podemos lanzar mensajes enfrascados en botellas de colores al mar y esperar a que estallen contra las rocas. O dibujar corazones en las nubes y soplar con fuerza por si llegan a alguna parte. Te puedo bajar la luna esta noche y esconderme tras la segunda estrella para guiñarte un ojo cuando me busques en la oscuridad. Me puedes regalar el océano y enviármelo por correo certificado, en forma de fascículos o jeroglíficos indescifrables. Ella puede quedarse con sus libros y proyectos y él con sus malabarismos y sus viajes imaginarios. Ella puede inspirarte la más tierna historia y él dedicarme su última canción. Podemos inventarnos entre todos una alocada historia sin final y montar un espectáculo en la tele con el que pagarnos un viaje a Holanda, a París o a una isla desierta donde perdernos y encontrarnos cien veces.

Puedo romper en llanto y decirte que te amo o que te extraño, que me muero por hacerte mío y encarcelarte en mi alma. Puedo decirte que te amaré siempre o que nunca te olvidaré, que me aterra la idea de quererte así. Puedes decirme que me vaya, que me quede, que me odias, que me quieres, que te asusta la idea de tenerme y envenenarme con tus besos después. Dime lo que quieras, que las palabras siempre serán tuyas y nuestras, de la reportera enamorada, del ilusionista que trafica con sueños robados o de la domadora de fieras.

Átame a tu vida y déjame gritar. No pediré clemencia ni perdón. Gritaré barbaridades que nunca dije, blasfemaré contra todos los que nos hicieron daño. Levantaré un muro entre nosotros, separaré tu mundo del mío y me dejaré llevar por el odio y el pánico que nunca tuve si es lo que quieres. Te protegeré y me protegeré de nuestra sombra, del recuerdo de un pasado que no existe en ningún sitio.

Este es un relato sin sentido ni verdad, del que puedes sacar mil ideas y mentiras para tu próxima novela o tu tesis doctoral. Una pesadilla de amor y de odio, de caras de monedas y sueños extraviados. De rabia, excentricidad y locura. De relaciones ficticias y personajes imaginarios extraídos de las vidas que rocé con mis dedos mientras trataba de dormir. Es un cúmulo de imágenes y sensaciones que me encontraron, me acosaron y me violaron ignorando mis lágrimas y suplicios. Palabras que fueron arrojadas al fuego de mi mente y no pudieron escapar de otra manera que siendo regurgitadas sobre el folio en blanco de mi angustia nocturna. Sentimientos que violaron el silencio y la calma de mi noche y me recordaron que no importa lo que diga ni cómo, porque cada uno hará lo que quiera con todo lo que salga de mi.

Por eso, este cuento sin trama ni coherencia, llegará a todo el que lo lea y trate de desenmascarar una ilusión, un sentimiento, un estado, una historia, una esperanza o un hastío exacerbado. Será manipulado y atrapado por la lectura que cada uno haga de él, y entonces, cobrará sentido sin tenerlo.

Mis palabras serán tuyas y de ellos, vuestras y de todos, y haréis con ellas lo que sea, mientras yo consigo quedarme dormida.


(PD: Fruto de una noche de insomnio, rodeada de pesadillas sin sentido. Fruto de la angustia y la oscuridad en una habitación vacía y fría. Un ejercicio de relajación que casi siempre me funciona y me devuelve la cordura que de noche en noche me abandona.)